Propietarios vs Inquilinos
Se encuentra en plena vigencia, a partir de su promulgación mediante el Decreto 580/2020 publicado en el Boletín Oficial, la nueva Ley de alquileres (27.551) sancionada por el Congreso el 11 de junio pasado, que modifica el Código Civil y Comercial de la Nación y establece nuevas reglas para los Contratos de Locación.
Al día de hoy no podemos medir el impacto real de esta nueva legislación sobre el mercado de alquileres ya que la cuarentena hace prácticamente imposible celebrar nuevos contratos sumado al hecho de que se encuentra en plena vigencia el Decreto de Emergencia Pública 320/2020 que congela alquileres y prorroga automáticamente los contratos vencidos a partir del 20/03/2020 y hasta el 30 /09/2020.
El mercado de las locaciones residenciales se nutre de relaciones equilibradas entre todas las partes, Locadores, Locatarios y profesionales de la intermediación y administración, actores que se necesitan mutuamente para que las relaciones contractuales tengan un buen principio y un mejor desarrollo durante todo el período locativo.
Vemos, sin embargo, que en los últimos años algunos actores privados, arrogándose ciertas representatividades, han intentado instalar la lógica
amigo/enemigo entre las partes que intervienen en este mercado (propietarios/inquilinos/administradores) generando de esta manera conflictos que debieran NO existir porque, como sostenemos siempre, las partes contratantes deben ser complementarias entre sí.
En Argentina como en cualquier lugar del mundo es imprescindible que exista un sano equilibrio entre la oferta y la demanda de alquileres porque esto es lo único que va a garantizar:
1. Seguridad a los inquilinos generando las opciones para que estos puedan seleccionar sus viviendas en barrios o zonas elegidas libremente, en función de sus posibilidades de pago y evitando abusos.
2. Seguridad a los propietarios que, mas allá de los vaivenes de una economía inestable, obtendrían una rentabilidad razonable por su inmueble que en la enorme mayoría de los casos es producto de ahorros de toda su vida, inversiones a largo plazo, herencias recibidas, etc.
NO acordamos con la lógica amigo/enemigo y SI con la con la comprensión inteligente de los diferentes intereses entre los actores.
Con la conflictividad en crecimiento serían cada día más los propietarios que decidan retirar sus inmuebles del mercado disminuyendo sensiblemente la oferta y alterando ese sano equilibrio tan necesario, al tiempo que la demanda crecerá ante la falta de políticas públicas que tiendan a que los sectores trabajadores accedan a la vivienda propia.
Esta situación, como ya sabemos, solo perjudicará a aquellos que históricamente configuran la parte más débil de la relación que son y han sido siempre los inquilinos.
